Las nubes de la niñez se tiñeron de angustia y huyeron sin querer volver.
jueves, 12 de marzo de 2009
Supervivencia
sábado, 7 de marzo de 2009
FE
Un día... Dios me regaló un sueño.
Este sueño se llama FE y fue la respuesta que recibió mi vida atormentada pidiendo ayuda en un mundo en el que todo es condicionado, en un mundo en el que todo tiene un precio, este sueño fue la respuesta a mi oración, la respuesta de cómo es posible encontrar la paz y el consuelo si verdaderamente creemos y confiamos en Dios. Fe es el salvavidas que recibió mi vida cuando nada resultaba y sólo me quedaba morir. Es una invitación a creer que realmente existe una salida, un consuelo y una sanidad.
Representa la historia de mi viaje hasta llegar a España, estuve en tantos lugares, en tantas situaciones, en tantos brazos, sin que nada me diera lo que tanto anhelaba, busqué por tantos lugares el amor, todo lo que hacía estaba motivado por el querer ser aceptada, mi imagen, mi forma de hablar, de caminar, todo y aunque me esforzara lo máximo, siempre todo terminaba en lo mismo: "Soledad". Ese era yo, alguien sin identidad, con el cuerpo frío, sin fuerzas, sin esperanza, solo detenida, esperando recuperarme un momento para poder seguir. Ahí fue cuando Dios me encontró, reconocí que me había equivocado siempre, que nunca le busqué, que siempre le di la espalda y al final siempre hice lo que me dio la gana, le pedí perdón porque me di cuenta de que eso era pecado, desobedecer y no querer escucharle. No había nada más en esos momentos, eramos los dos, frente a frente, ya no habían excusas ni justificaciones, Dios estaba ahí, le sentía y me invitaba a salir del fango, a caminar hacia adelante, hacia lo que él tenía para mi, sólo me quedaban dos opciones, seguir donde estaba y lamentarme por todo lo que me habían hecho, llorar y culpar a todos, para volver a caer una y otra vez, o confiar, creer en lo que el tenía para mi, y caminar "Venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Mateo 11:28". Así es que salí y caminé, sin tener idea a donde iba, seguí su voz y caminé.
Es por eso que este cuadro se llama Fe. "Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Hebreos 11.1" .